Conozca la Catedral – Plano 30-43

Puerta del Claustro 

Magnífico portal románico labrado en mármol blanco a finales del siglo XII y que comunica el claustro con el interior de la catedral. Se compone de un conjunto de arquivoltas aboceladas que apean sobre las jambas y enmarcan el tímpano donde se alojan la Maiestas Domini orlada por la mandorla, y el Tretamorfos o representaciones zoomorfas de los evangelistas Mateo (Ángel), Marcos (León) Lucas (Buey) y Juan (Águila).

El capitel del parteluz se decora con escenas del Nacimiento de Cristo, los Reyes Magos ante Herodes y Herodías, y la Epifanía o Adoración de los Magos. Los capiteles laterales muestran repertorios alusivos a la fauna y flora, una escena con los tres magos acostados en una misma cama advertidos por el Ángel, y otra con el sepulcro vacío, el sudario, la soldadesca y Las Tres Marías en referencia a la Resurrección de Cristo. El portal está timbrado por el crismón, o monograma de Cristo, con las letras Alfa y Omega. 

Claustro

La construcción del claustro se inició a finales del siglo XII y finalizó a principios del XIII. Era lugar de lectura, paseo y meditación; también se celebraban procesiones y aquí convergían las principales dependencias canonicales comunes: dormitorio, aula capitular, refectorio, biblioteca… 

El reverso de los muros de las alas norte y este coincide con el ángulo de la fachada de una edificación romana del siglo I d.C. El claustro presenta planta cuadrangular, bóvedas de crucería con sencilla moldura, e interesantes claves de bóveda relacionadas con el primer estilo gótico

Cada una de sus cuatro galerías se divide en seis tramos en los que, bajo un arco apuntado de descarga, se abren dos pequeños óculos con tracería calada, y tres arcos de medio punto sobre columnas geminadas provistas de capiteles e impostas de mármol blanco con sugestiva variedad de temas bíblicos, legendarios, hagiográficos y morales. 

La tradición románica es patente en la decoración escultórica, en cambio las celosías de los óculos y el friso de arquillos polilobulados que, por el exterior, corona perimetralmente el claustro, son de clara ascendencia islámica. El conjunto cerca un espacio ajardinado, el hortus conclusus que, con sus plantas y surtidores, evoca al creyente el Paraíso terrenal perdido. 

Procesión de las ratas

Hace muchos siglos, en el palacio de un noble de Tarragona, había muchas ratas y nadie conseguía matarlas. Un día, organizó un banquete y el Rey era el invitado más importante, pero aparecieron las ratas asustando a todos los invitados y comiéndose lo que había en la mesa. 

El noble, avergonzado, buscó el mejor gato de la provincia; sin embargo, el pobre no podía acabar con ellas porque se escondían en sus madrigueras, en las que el gato no cabía. Un día, el gato decidió hacerse el muerto y se tumbó en el suelo y con las patas hacia arriba.  

Al ver las ratas que el gato estaba muerto, decidieron llevarlo en procesión sobre una escalera de mano para enterrarlo. Entonces, el gato miró de reojo, vio que estaban todas las ratas, saltó y se las comió todas. El noble estaba tan contento, que le prometió al gato que haría esculpir su historia para que todo el mundo la conociera y así lo hizo. 

Sacristía Mayor

Se trata de una construcción del siglo XIII habilitada, en un principio, como capilla según lo evidencian el artesonado existente en la Sala del Tesoro, que formó parte del desaparecido coro, y la credencia mural que figura junto a la puerta que comunica con el ábside central.  

Posteriormente se destinó a sacristía y se adecuaron en el muro los ventanales actuales. Bajo el dosel de la cabecera destaca la notable talla barroca de Cristo crucificado y en agonía, de acusado contraposto. Es obra del siglo XVIII procedente de la iglesia tarraconense de Sant Miquel del Pla.

Del muro oriental penden las dos mitades de uno de los tapices de la serie Historia de José en Egipto, relato del Génesis en el que José es vendido a los ismaelitas por sus hermanos en Dotán a cambio de 20 monedas de plata, y su posterior exaltación en la corte del faraón; fue donado por el arzobispo Fernando de Aragón y se realizó en Bruselas a principios del siglo XVI. 

Tesoro

Portal gótico 

Un muro, y su correspondiente portal gótico con dintel conopial, antepuesto al arco escarzano que sostenía el desaparecido coro, median entre la sacristía y la Sala del Tesoro.

Una vez en ella, contemple el excelente artesonado gótico mudéjar, de mediados del siglo XIV; su armadura aparece policromada con asuntos heráldicos, geométricos y figurativos. Se reitera el blasón de Bernat d’Albió, canónigo fabriquero que lo mandó construir.  

Platería litúrgica 

En los armarios acristalados y enrejados se guardan diversos objetos de culto, en especial platería litúrgica. Cabe destacar la colección de cálices, mazas procesionales y báculos episcopales de los siglos XVIII al XIX, la urna para el Monumento de Jueves Santo, labrada por el platero tarraconense Gaspar Arandes Canals en 1682, las andas procesionales y la monumental custodia neogótica, obras barcelonesas del siglo XIX.

Las piezas más notables del Tesoro catedralicio desaparecieron durante la invasión napoleónica de 1811. 

Capilla del Corpus Christi

Pinacoteca gótica

Este recinto fue Antigua Aula Capitular. Es de planta cuadrangular con bóveda de cañón apuntada, y fue edificada a inicios del siglo XIII. En el año 1330 el pavorde Guerau de Rocabertí ordenó derribar la testera y construir una capilla en forma de ábside poligonal dedicada al culto de la Eucaristía. Desde entonces recibe el nombre de capilla del Corpus Christi. El relieve policromado de la clave representa a Cristo en Majestad mostrando la Sagrada Forma.

Con ocasión de esta ampliación sus muros fueron decorados con el asunto de la Anunciación y una serie de imágenes de santos y apóstoles tallados en piedra. Son de la primera mitad del siglo XIV y conservan restos de policromía al igual que los reiterados emblemas del fundador.

Aquí se exponen valiosas muestras de pintura catalana en tabla, con ejemplos del gótico lineal de influencia francesa e inglesa, pasando por el italianismo, continuando por el gótico internacional y llegando a la pintura de influencia flamenca.

Época renacentista y barroca

La época moderna fue un periodo floreciente para la historia y el arte de la archidiócesis de Tarragona. El Renacimiento se introdujo en el territorio. La Iglesia jugó un papel muy importante en el impulso de las nuevas obras públicas y en la creación de la Universidad. Fue el primer lugar de la Cristiandad donde se reconoció y aceptó el concilio de Trento. Muchas creaciones artísticas de la segunda mitad del siglo XVI y del siglo XVII incidieron en temas como la Inmaculada Concepción, los santos, el reconocimiento y exaltación de los sacramentos entre otros. Las salas recogen un conjunto de pintura de producción local y de escultura renacentista. De la época del Barroco se exponen algunos ejemplos de pintura, y notables esculturas de madera policromada. También, de época contemporánea, se muestra la custodia modernista obra de Bernardí Martorell, discípulo de Antonio Gaudí.

Sala Capitular

EL Aula Capitular acoge, en la actualidad, las reuniones solemnes del Capítulo de la Catedral, integrado por el cuerpo de canónigos. En esta sala se exponen piezas tan relevantes como el tapiz denominado de las Potestades o de «La Buena Vida», del siglo XV, que es la pieza más importante de la gran colección de tapices de la Catedral. Ofrece una visión idealizada del orden público, jurídico y social. También el paño mortuorio de Pere Anton de Aragón, del siglo XVII, del monasterio de Poblet.

Capilla de San Ramón

Es de estilo gótico y se construyó a partir de 1520 a expensas del canónigo Joan Poblet. El portal presenta arco conopial con boceles y tracería calada en su intradós. El reducido primer tramo de la bóveda es de crucería y en las tres voluminosas claves, espléndidamente esculpidas y policromadas, figuran santa Catalina de Alejandría, el emblema del fundador, y san Juan Bautista. La cabecera es gallonada mediante baquetones radiales recogidos por medias columnas suspendidas sobre el muro. 

La imagen del titular es obra del escultor reusense Ramón Ferran, realizada en marmolina durante 1989 por encargo del arzobispo de Tarragona Ramón Torrella y Cascante fallecido en el 2004. En el pavimento se encuentra su lauda sepulcral junto a la del fundador de la capilla. 

Capilla de Santa María Magdalena

Fue construida en el año 1536; es de estilo plateresco y con exuberante repertorio arquitectónico y ornamental. El intradós del arco toral y las pilastras laterales están profusamente decorados con grutescos a candelieri que también se observan en la crestería de la excelente reja. Se cubre con bóveda de cañón con adorno de casetones que cabalga sobre un friso de triglifos y metopas donde se alojan emblemas heráldicos. 

El retablo, pintado al óleo con secuencias de la vida de Santa María Magdalena, se atribuye a Francesc Olives y pudo haberlo realizado hacia 1536. 

Capilla de la Virgen de la Guía

Es de estilo gótico y fueron sus promotores el canónigo Bertran de Montoliu y su hermano el vicealmirante Berenguer; así lo evidencia el escudo familiar que adorna la clave central de la bóveda de crucería 

Se erigió en torno a 1300 para acoger la agigantada talla policromada de la titular que se aloja en la hornacina de la cabecera. La imagen es una de las más antiguas de la Catedral, conocida documental y vulgarmente como La Grossa. Se talló entre los siglos XIII y XIV utilizando diversas maderas de pino enlenzadas con policromía original al temple, y repolicromada durante el Barroco. La mesa del altar reposa sobre un tambor de columna romana. 

Francisco Plaza

El hombre más alto de su tiempo 

Delante de la capilla de la Virgen de la Guía se encuentra el sepulcro del militar y capitán de caballos coraceros Francisco Plaza, «el hombre más alto de su tiempo», como se puede leer en la lápida. Medía más de 12 palmos que equivaldrían a una altura total de 2,34 m.

Nació en Milán en el año 1597, posiblemente en el seno de una familia originaria de la península Ibérica, ya que eran muchos los nobles, funcionarios o militares que durante el siglo XVI fueron a probar fortuna a Italia y se acabaron estableciendo y fundando una familia. 

A los quince años inició su carrera militar en la que sirvió durante treinta años en los tercios de Flandes y en Italia hasta que, en el año 1634, fue trasladado al Rosellón para formar parte del ejército de Felipe IV. Según la documentación que se conserva de esta época, en el año 1637 se encuentra en Caldes de Montbui y Badalona, donde él y sus soldados son acusados de cometer excesos contra el campesinado catalán. 

Fortaleza de Salses en el Rosellón 

En 1639 participa activamente en la ofensiva militar para recuperar la fortaleza de Salses en el Rosellón. Cayó prisionero de los franceses pero en 1640 fue liberado al ser intercambiado por un teniente de artillería francés. Es durante este año, con el estallido de la revuelta campesina de los Segadores, cuando se incorpora al ejército del marqués de Los Vélez, participando en las acciones de represión contra Cataluña. En el año 1641 fue malherido en la batalla de Montjuïc, donde Los Vélez fue derrotado por el ejército catalano-francés. 

En su retirada, Francisco Plaza fue rápidamente trasladado a Tarragona, donde murió el día 3 de febrero como consecuencia de las heridas recibidas en combate. Fue enterrado en la Catedral de Tarragona el día 5 de febrero, habiendo adquirido la condición de noble ya que era caballero de la orden de Santiago. Gracias a la tecnología de la realidad aumentada podemos ver una recreación de Francisco Plaza y comprobar su altura. 

Capilla de la Virgen del Claustro

Fue construida entre los siglos XVI y XVII. Tras acceder, puede observar los sepulcros del arzobispo Antonio de Echanove y Zaldívar, que ocupó la sede tarraconense entre 1825 y 1854, y el de Vicenç Falconer, médico de Cabildo catedral fallecido en 1693. 

El retablo, de alabastro y piedra de Santa Tecla, lo labraron Bernat y Josep Verderol durante 1852. En el camarín se venera la imagen de la Virgen del Claustro, talla de madera policromada de los siglos XIII o XIV. A su izquierda puede contemplar un cuadro con el tema de la Anunciación, pintado por el tarraconense Miquel Fluixenc y Trill. Las restantes pinturas representan la Aparición de la Virgen a San Francisco de Paula, y la Aparición de la Virgen a San Felipe Neri, datables entre los siglos XVII y XVIII. 

Capilla de San Salvador

Capilla renacentistaerigida a instancia de Nicolau Albanell y su esposa Ángela Trillo. La licencia para su construcción la otorgó el Cabildo en 1533 y fue bendecida el 11 de abril de 1535.  Es una construcción de piedra calcárea, amplia y diáfana, que sigue muy de cerca las trazas más elementales del Renacimiento, presentes en la generosa bóveda de cañón con adorno de casetones que apea sobre un friso de triglifos y metopas.  

El altar lo hizo construir el beneficiado Pere Mir en 1537. El retablo en alto relieve del Bautismo de Jesús, que preside el frontal, es obra de Vicenç Roig y Besora realizado hacia 1835 en madera de pino estucada en blanco. Suple a otro dedicado a Santa María de la Esperanza que se colocó en 1537. 

Capilla de la Virgen de las Nieves

Capilla gótica edificada hacia 1414 por Pere de Vallfogona y Guillem de la Mota, a expensas de Pere Poch, ciudadano de Tarragona. Destaca su portal moldurado exornado de cardina en el trasdós, el reducido tramo inicial con bóveda de crucería y tres claves historiadas: Santa Tecla, en al arco toral, la Tau del Cabildo en la primera bóveda, y la Virgen con el Niño Jesús en la segunda; resalta también la ornamentada cabecera de nervios radiales flanqueados por crochet. 

Se venera un cuadro al óleo de la Virgen de las Nieves, o de la Buena Nueva, pintado entre los siglos XVIII y XIX, de autor desconocido. La verja la forjó Vidal Gassia, herrero de Tarragona.

Antiguo refectorio de canónigos

Esta sala se ubica en las antiguas dependencias del refectorio de la comunidad de canónigos de época medieval. Fue erigido en el siglo XII con bóveda de cañón apuntada. Su cabecera muestra todavía parte del muro romano construido durante el siglo I d.C. según la técnica del opus quadratum y en isodomo. Las perforaciones de los sillares evidencian que estuvo recubierto de mármol, práctica habitual en los monumentos importantes del Imperio. En la sala también se puede contemplar una cisterna de época visigótica.

La colección de obras de arte que se muestra está formada por inscripciones, escultura en madera y piedra policromadas, orfebrería y muestras de textil que abarcan desde el siglo XII hasta el siglo XIV, y que proceden de la catedral, de iglesias parroquiales, santuarios y ermitas de la archidiócesis.

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