Conozca la Catedral – Plano 11-20

Capilla de San Olegario 

Ocupa la absidiola románica de la derecha, es del siglo XIII. En ella se venera la imagen de San Olegario sobre un frontal en altorrelieve que representa al santo concediendo el feudo de Tarragona al príncipe Robert d’Aguiló. Ambos fueron tallados por Francesc Bonifàs y Massó en el siglo XVIII y proceden del retablo original desmontado durante 1936.

En la columna de la izquierda puede contemplar restos policromos que simulan colgaduras que adornaban la zona inferior del ábside y, junto a ellas, uno de los muros que flanqueaban la puerta de acceso al antiguo coro; está rematado por ménsulas efigiadas y emblemas heráldicos. Sobre esta capilla se levanta el campanario de la catedral. 

Jardines y capilla de Santa Tecla la Vella

El espacio del Jardín de Santa Tecla se encuentra emplazado donde hace dos mil años se erigía el Recinto de Culto Imperial, presidido por el Temple de Augusto. En el siglo VI, en época visigoda, el sector norte se transformó en espacio episcopal con la catedral, el baptisterio, el cementerio y el palacio del obispo. Después de la época islámica y con la restauración cristiana de la ciudad en el siglo XII, el espacio volvió a ser cementerio a la sombra de la catedral medieval. A mediados de siglo XIII se construyó la capilla dedicada a Santa Tecla, denominada “la Vieja” para distinguirla de la catedral de Santa Tecla que todavía se estaba construyendo, con función funeraria y litúrgica, posiblemente vinculada inicialmente al vecino Hospital de Santa Tecla.

La planta de la capilla es rectangular. La entrada está decorada como un arco triunfal, con un tímpano de piedra de granito. Dos tramos de vuelta de crucería son sostenidos por ménsulas y pilares con capiteles de hojas de laurel y cimacios decorados con temas vegetales. La pared de la cabecera está decorada con dos arcos con motivos ajedrezados. La sobriedad de la arquitectura y la decoración denotan la influencia artística de la orden del Cister tan presente en el territorio. En el siglo XIV se le añadió, en su parte oriental, una capilla de más altura, transformando la planta del edificio en forma de «L».

La capilla, a lo largo del tiempo, sirvió para enterrar a obispos, destacados canónigos y otras personalidades: el arzobispo Bernat de Olivella (hombre de confianza del rey Jaime I), el canónigo Bernat de Ribes (fallecido en 1320) o el canónigo hospitaler Joan Ferrer de Busquets (fallecido en 1491, cuya arqueta funeraria todavía conserva la policromía). La capilla se nos presenta como una magnífica muestra del arte funerario de todos los tiempos: un santo sepulcro del siglo XVI, procedente de la cartuja de Escaladei; un sarcófago de decoración estrigilada del siglo IV, quizás reaprovechado por un difunto de época visigoda o medieval, etc. También nobles medievales esculpieron sus retratos yacentes, como el caballero de la familia de los Queralt del siglo XIV. Del siglo XVI conservamos dos bellos sepulcros, uno del archidiácono de San Fructuoso, Joan de Soldevila, fallecido en 1502, y el otro del canónigo Francesc Vives, fallecido en 1523. Un enterramiento en el pavimento, datado al 1686, evidencia que en la capilla fueron inhumados laicos como Isidro Torrell y sus familiares. También se conserva en la capilla el sepulcro del rey Jaime I que estuvo ubicado en el interior de la catedral. Los restos del monarca llegaron a la catedral en 1843 y permanecieron aquí hasta el año 1952, cuando se trasladaron definitivamente al panteón real de Poblet.

La capilla también custodia otras piezas interesantes como los nudos de cruz de término de Vallmoll y de Forés, ambos del siglo XIV, la cruz de término de Santa Maria de Maldà del siglo XV o el conjunto heráldico e inscripción monumental que presidió la fachada de la Universidad de Tarragona, fundada al 1572 por el Cardenal Gaspar de Cervantes, pariente del célebre escritor Miguel de Cervantes. En el jardín también podemos admirar la cruz de término de Tamarit del siglo XVI o el monumento construido en 1913 que coronaba una cruz, hoy desaparecida, para conmemorar el decimosexto centenario del edicto de Milàn en 313, por el cual el emperador Constantino toleró la religión cristiana en el Imperio romano.

Campanario y campanas

Consta de tres cuerpos: el primero, de planta cuadrangular, se construyó hacia el año 1200 en tiempos del arzobispo Rodrigo Tello; el segundo, también cuadrado, data de 1316, es de piedra grisácea almohadillada y se debe a la munificencia del prelado Gimeno de Luna y el último se edifico en 1330 a instancia del arzobispo Juan de Aragón. 

Alcanza una altura de 70 metros y contiene 19 campanas fundidas entre 1250 y 1867. La mayor de todas, llamada “Capona”, está situada bajo el templete de la parte más alta, es del año 1509 y pesa 5.188 kg. Es la campana que da las horas y el toque a la oración. Al campanario se accede mediante una escalera de caracol y contiene diversas estancias, como la Sala de los Monjes, la Sala de los Relojes y la Sala de las Campanas. La Catedral conserva diecisiete campanas y dos más al lado del cimborrio. 

Sala de las Campanas 

  • Campana “de las Señales” de 1250 
  • la “Fructuosa” de 1313 
  • la “Maria Assumpta” de 1314 
  • la “Clásica Rocabertina” de 1315 
  • la “Prima I” o “Ave María”, fundida por Isidre Fages en 1573 
  • la “Tecla”, fundida por Jaume Pallès en 1777 
  • la “Prima II”, fundida por Josep Pomarol en 1859 
  • la “Clásica” o “Maria Immaculada”, fundida por Josep Pomarol en 1867 
  • la “Sorda I” o “Maria Immaculada II”, fundida por Josep Pomarol en 1867 
  • la “Miserere” o “Micaela”, fundida por Ramon Pomarol en 1892 
  • la “Sorda II”, fundida por Josep Pomarol en 1905 
  • La «Capona»: más de 5.000kg 

Sala de los Monjes

  • la “de las Horas” de 1380 
  • la “Tecla I”, fundida por Josep Pomarol en 1867 
  • la “de los Cuartos II” 
  • la “Tecla II”. 

Al lado del cimborrio se encuentran dos campanas más:  

  • la “Vedada” o “Ave María”, fundida por Joan Sorelló en 1728 
  • la “Maria Bàrbara”, fundida por Jaume Mestres en 1772 

En el templete se encuentra la “Capona”, la mayor de todas; campana de las horas y del toque de oración, fundida por Antonio Fenodi en 1509 y que pesa 5.188 kg. En la cúspide del campanario se halla la “dels Quarts”, fundida por Antonio Fenodi en 1509. 

Presbiterio

La cabecera y el presbiterio de la Catedral mantienen arquitectónicamente la tradición románica en el ábside central, en los arcos formeros, en los ventanales y en los capiteles. Conviene resaltar el espléndido pavimento románico del siglo XIII elaborado según la técnica romana del opus sectile configurando, mediante piedra calcárea y mármoles policromos, cenefas geométricas, sin olvidar dos inscripciones romanas y diez lápidas sepulcrales de los siglos XIV al XIX referentes a arzobispos de esta sede metropolitana. 

En el presbiterio se ubica también parte de la sillería gótica del antiguo coro realizado por el zaragozano Francisco Gomar entre 1478 y 1488 y que, hasta 1963, formó parte de la sillería colocada a ambos lados de la nave central. 

El par de sillas pontificales son de 1534 y los entalladores fueron Juan de Tours y Enrique de Borgoña. Durante el proceso de restauración del año 2012 se han recuperado diversos conjuntos pictóricos realizados al fresco a modo de colgaduras textiles, tapices y figuras. 

Los muros laterales, cercanos al retablo mayor, están decorados con tejidos simulados que imitan telas con decoración seriada de tipo floral y vegetal dispuesta en registros horizontales mediante sistema del estarcido. Este tipo de tejidos imitados puede observarse en la indumentaria de diversos retablos realizados a lo largo de los siglos XIV y XV.

Altar Mayor

El altar se debe al patrocinio del arzobispo Aspàrec de Barca (1215-1233). Es de mármol blanco, tiene un magnífico frontal esculpido en torno a 1220, y es una de las piezas más excelentes de la escultura románica catalana. En él se representan seis escenas de la vida y martirio de Santa Tecla que flanquean la mandorla central donde se representa a la Santísima Trinidad: Jesucristo bendice a la Santa, Dios Padre simbolizado en la Dextera Dei nimbada, y el Espíritu Santo en forma de paloma que aletea.

Los episodios referidos a la Santa aparecen en compartimentos dispuestos en dos registros horizontales: a la izquierda se representa a Tecla de Iconio, prometida a Tamiris, quien desde una ventana de su casa escucha a Pablo que predica sobre la virtud de la castidad. A continuación, Tecla, impactada por la plática del apóstol, ofrece a Cristo su virginidad; después, acusada ante el tribunal del gobernador, se le condena a la hoguera de la que se libra milagrosamente. 

En las secuencias de la derecha figura la Santa entre fieras salvajes amansadas; bautizándose a sí misma al sumergirse en un estanque repleto de sabandijas y serpientes venenosas; finalmente se escenifica a Tecla cuando, liberada de sus suplicios, es puesta en libertad y recibida en la mansión de la reina Trifena. La última escena evoca su muerte en Seleucia, rodeada de sus allegados, mientras dos ángeles entregan su alma al cielo en forma de paloma. 

Retablo Mayor

El retablo, obra alabastrina de Pere Johan esculpido entre 1426 y 1434, es un magnífico exponente de la escultura gótica catalana. Apea sobre un gran zócalo de piedra caliza adornado con entorchada hojarasca en alternancia con figuras infantiles, canes y emblemas de los arzobispos Dalmau de Mur, su promotor, y Pere Sagarriga su gran impulsor. 

Vida y martirio de Santa Tecla 

Sobre el zócalo, la excelente predela policroma y sobredorada, donde se registran, con sutil y virtuosa labra, seis escenas de la vida y martirio de Santa Tecla interceptadas por la testera del tabernáculo central donde aparece un ángel que sostiene el sudario con Cristo venerado por la Virgen María, san Juan evangelista, Nicodemo y José de Arimatea. 

En la predela figuran dos episodios no reproducidos en el frontal del altar mayor románico: el tormento de la santa que, atada a unos bueyes para ser descoyuntada, queda liberada al romperse las sogas; y otra referida al descubrimiento milagroso del brazo de la santa, y del que procedería la reliquia ofrendada por el rey de Armenia Menor a la Iglesia de Tarragona gracias a la mediación del rey Jaime II en 1321. 

Relieves e imágenes 

Los relieves están separados por montantes coronados de pequeños pináculos y doseles que cobijan a santas vírgenes y mártires: Catalina, Bárbara, Lucía, Eulalia de Barcelona, Águeda, Anastasia, Cecilia e Inés. En el centro del retablo figura la imagen de la Virgen con el Niño flanqueada por las tallas de santa Tecla y san Pablo; alrededor, doce relieves que reproducen escenas de la Infancia de Jesús, de su Pasión y Resurrección, Ascensión, Pentecostés y Coronación de la Virgen. 

Celosías flamígeras 

A ambos lados del retablo, formando parte de su misma estructura y estilo, se encuentran dos puertas con elegantes celosías flamígeras coronadas por dos ménsulas donde reposan, respectivamente, las imágenes de San Olegario y San Fructuoso, arzobispos de Tarragona. Sobre los frontispicios figuran las imágenes de san Miguel Arcángel y el Ángel Custodio, talladas por Perris Austris, y policromadas y estofadas por el pintor italiano, Pietro Paolo de Montalbergo, durante la segunda mitad del siglo XVI. A su derecha, se encuentra el sepulcro de Juan de Aragón. 

Sepulcro de Juan de Aragón

En el muro lateral de la derecha del presbiterio se abre un arcosolio escarzano, con ornato polilobulado en su intradós y crochet en el trasdós. Ahí se cobija el mausoleo del arzobispo y Patriarca de Alejandría, el Infante Juan de Aragón, quien consagró la Catedral en el año 1331. 

Es una espléndida imagen yacente de mármol blanco catalogada como obra maestra de la escultura gótica española, atribuida a un seguidor del escultor italiano Tino de Camaíno, realizada en torno a 1337. La figura del difunto, de rostro apacible, afable y sereno, está rodeada por un cortejo de santos protectores, algunos familiares suyos: san Fructuoso y santa Tecla, santa Isabel de Hungría, san Luis, rey de Francia, y san Luis, obispo de Toulouse. 

Sobre el mausoleo se halla, bajo un gablete apuntado, la hornacina ajimezada que, hasta el asedio a la Catedral por las tropas napoleónicas, guardó el primitivo relicario del brazo de Santa Tecla. Esta hornacina cobija en la actualidad diversas reliquias. 

Ábside y sagrario

En el ábside, tras el retablo, se puede admirar el edículo defendido por un sonriente san Miguel que alberga el sagrario barroco para la reserva del Santísimo Sacramento. Lo esculpió en 1696 Isidre Espinalt y Serrarica. 

Capilla de Santa María o de los Sastres

Es la capilla gótica más suntuosa de la Catedral gracias a su rica decoración arquitectónica, escultórica y pictórica. Se construyó en el segundo cuarto del siglo XIV, bajo el patrocinio del arzobispo Pere de Clasquerí y a petición de la Cofradía de Presbíteros de la Catedral. Los canónigos fabriqueros, Guillem d’Anglesola y Bernat d’Albió, se responsabilizaron de las obras.

Los escudos de todos ellos ornamentan los muros. Su tutela la ejerció el Gremio de los sastres de quien tomó popularmente el nombre. Ocupa uno de los absidiolos románicos de la Catedral, presenta planta hexagonal y bóveda de crucería estrellada. A un tercio de su altura se desarrolla un friso de arquillos conopiales sostenidos por ménsulas efigiadas; sobre él corre una cornisa floreada y la cantoría de bello calado que evoca las galerías inglesas para acólitos cantores. 

Vitrales emplomados 

Los vitrales emplomados, obra de Guillem de Letumgard, datan de 1359. El retablo es de piedra calcárea policromada con escenas alusivas a la vida de la Virgen. Lo esculpió el artista normando Aloi de Montbrai en 1368. Las vidrieras simuladas sobre el muro representan a san Judas Tadeo, Santiago el Menor y su madre María Jacobé. Datan de la segunda mitad del siglo XIV. 

El muro lateral derecho cobija la urna sepulcral policromada del arzobispo Pere de Clasquerí, datable en torno a 1388 y flanqueada por las imágenes de san Pablo y santa Tecla. Las pinturas que figuran sobre el dintel de la puerta de acceso al presbiterio representan al prelado revestido de pontifical, y arrodillado ante la Virgen y el Niño Jesús. 

Capilla de Santa Bárbara

En el brazo occidental del crucero se ubica esta capilla gótica reformada en 1362 por el canónigo Bernat Rufaca con bóveda estrellada y artístico gablete coronando la arcatura. Alberga el retablo barroco de madera sobredorada, datado en 1765, que enmarca una pintura al óleo con la santa titular complementada por dos tallas que representan a san Antonio de Padua y a san Blas, de autor anónimo.

En el lienzo del copete figura san Antonio de Padua, y en el tondo ovalado del banco se representa a san Francisco Javier agonizante en la isla china de Shangchuan. 

Capilla del Santísimo Sacramento

Bello ejemplar renacentista al que se accede a través de un portal flanqueado por dos columnas de granito gris procedentes de alguna construcción romana. Para habilitar esta capilla del Santísimo Sacramento se aprovechó la mitad noroccidental derecha del antiguo refectorio canonical del siglo XII construido con bóveda de cañón apuntada.

La remodelación se efectuó entre 1582 y 1592 a partir de la traza de los arquitectos Bernat Cassany, Jaume Amigó y Pere Blai. Es de planta rectangular y dispone de cúpula semiesférica y tambor abiertos sobre la bóveda; están decorados con santos y santas relacionados con el Santísimo Sacramento. El repertorio iconográfico de la cabecera reproduce escenas del Antiguo y Nuevo testamento alusivas a la pascua judía y a la cristiana enmarcada con jaspes de Tortosa. 

A la izquierda figuran, de arriba abajo, el ángel exterminador de los no elegidos cuyas puertas no se marcaron con la sangre del cordero, la inmolación del cordero pascual y Cristo en la Última Cena consagrando el vino. A la derecha se representa el maná enviado por Dios a los israelitas en su travesía por el desierto, la procesión con el Arca de la Alianza y la fracción del pan en el encuentro de Cristo con los discípulos de Emaus.

El conjunto fue pintado sobre pizarra por el holandés Isaac Hermes Vermey hacia 1587. Los altos relieves del sagrario los labró el platero de Medina del Campo Gaspar de Lira, y las esculturas que lo flanquean son obra de Domenico Albrioni y Nicolás Larraut. 

Sobre los altares encastados en el muro de la izquierda figuran, por este orden, un lienzo al óleo, anterior a 1586, con la Coronación de la Virgen, atribuido al genovés Luca Cambiaso; en el centro, el sepulcro del fundador de la capilla, el arzobispo Antoni Agustí, diseñado por Pere Blai y tallado en mármol alabastrino de Sarral por Isaac Alfred Vermey en 1592, siguiendo modelos de Andrea del Verrocchio; y, junto a la puerta de entrada, el altar presidido por un retablo dedicado a san Martín de Tours, de autor desconocido y datado en 1622.

Los altares encastados en el muro de la derecha muestran, en primer lugar, un lienzo del siglo XVII con la imagen orante de san Carlos Borromeo y, en el siguiente un retablo policromado, obra de Francesc Bonifàs y Massó de 1795 dedicado a san Agustín. 

Capilla de San Cosme y San Damián

Fue construida a finales del siglo XVI a partir del proyecto del arquitecto Pere Blai.

Destacan el severo frontispicio de piedra calcárea y la bóveda de cuarterones que enmarcan el retablo barroco de madera sobredorada que aloja las imágenes de los santos titulares en dos hornacinas geminadas. El conjunto se realizó durante 1712. 

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